Nos condenan grilletes a los deseos de otros, como el cordón
que une un feto a una madre hambrienta y desvalida que desea desaparecer.
La percebeira fallecida hace unos días llevaba 40 minutos
sobre el agua, luchando contra las olas que la arrastraban de un lado hacia
otro, que la traían hacia la vida y se la llevaban hacia la muerte. Nadie pudo
hacer nada por ella, los que tenían que rescatarla tenían mejores planes o quizá
a alguien se le ocurrió la brillante idea de privatizar el servicio de
salvamento. Pero estas conjeturas las dejaré para otro instante. El caso es que
nadie fue a rescatarla y su cuerpo quedó inerte, moviéndose como un muñeco de
primeros auxilios. A veces las cosas carecen de sentido, el mundo está torcido
y enrevesado, como esos hilos imposibles de desatar durante horas, pero eso es
algo que todo el mundo sabe ya a estas alturas.
Marcela se declaró culpable por no querer seguir viviendo.
Se lanzó desde un quinto piso. Lo estuvo planeando durante meses. Al principio
fantaseaba con la idea, pero imaginaba el dolor que debía sentir al chocar su
cuerpo menudo con el suelo y se echaba para atrás. Finalmente, decidió hacerlo, como quien deja atrás
una habitación oscura. Su vida, mantenerla, le dolía más que cualquier otra cosa. Menos
mal que no ha matado a nadie, marujeaban las vecinas. Ya decía yo
que
siempre estaba sola y parecía muy rara. No
entiendo a la gente que hace esas locuras, además son unas egoístas, Dios te da
una vida y no es para malgastarla (¡como si se tratase de un videojuego!). El humo del último cigarro de Marcela aún hondeaba
en la habitación. Ya solo quedaba paz, mientras las cortinas se contoneaban
sigilosamente y se escuchaba Arrival of The Birds a todo volumen como si se quisiese
ocultar un crimen.
Nos condenan los grilletes a los deseos y a las normas de
otros, pero hay quien decide romperlos de una vez.
2 comentarios:
De pronto te leo y siento alivio de no ser la única. http://grooveshark.com/s/Arrival+Of+The+Birds/4PXQ3H?src=5
Cómo habla la gente, con gratuidad y descaro...Un abrazo.
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