domingo, 7 de septiembre de 2014

La luna

Y entonces fue cuando Mateo, de dos años de edad, preguntó a su padre por qué no podía agarrar la luna. 
Porque está muy lejos, a miles de de kilómetros. 
Mateo puso cara de no entender nada, mientras cerraba su mano chica, sin haber cogido nada más que el aire que le rodeaba. 
Pero está ahí, balbuceó. 
No, mi niño, está muy muy lejos. Sólo los astronautas pueden llegar.
Mateo trató de agarrarla de nuevo, sin mucho éxito. La tristeza y frustración pintaron su cara. 
Pasaron muchos años hasta que Mateo comprendió que había cosas que uno no podría llegar a alcanzar, por muy cerca que parecieran estar. 



3 comentarios:

Nemo dijo...

"Por muy cerca que parecieran estar". Como esos labios entre paréntesis expresivos que incitan a quedarse a vivir en ellos. O esa fuerza insostenible que, en lugar de permitirte presionar los botones de retuiteo o favoriteo, te impulsan, ineluctablemente, a apretar el cuadradito de la imagen, para hacerla un poquito más grande, y contemplar con embeleso a esa linda encapuchada. "Por muy cerca que pareciera estar". Y a la vez,tan lejos....

Unknown dijo...

Una vez una persona soño viajar a la luna y viajo. Nos contaron la primera parte del cuento de la lechera y no la segunda. La lechera consigue todo lo que se propone con determinacion, con motivacion.
El mejor boxeador no es el que nunca se cae, el mejor boxeador es el que siempre se levanta.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Me gusta, auqnue yo conozco once maneras de hacerlo, aquí dejo una ;-) http://vimeo.com/65904278