jueves, 19 de agosto de 2010

Bob se quiere morir. Una oda a la perfección


Bob cortó su pelo al estilo de los rockeros de los años cincuenta. Trataba así de reconocerse a sí mismo o de inventar un nuevo personaje para que le tomaran en serio. Ahora que Bob había empezado una nueva vida, para morirse de inmediato, empezaba a hacer las cosas bien y a tomar en serio las cosas importantes de la vida. Después de trabajar solía pasear por la calle y observaba el bullicio que impregnaba el ambiente, haciéndolo suyo, sintiéndolo muy cerca de sí. Por las mañanas, compraba el periódico y lo devoraba mientras tomaba un café y fumaba un cigarrillo. Las ruidosas máquinas tragaperras le interrumpían a menudo en medio de los volcanes, los terremotos en india o los maltratos de género, pero en seguida volvía a concentrarse tanto que a veces perdía la noción del tiempo y llegaba tarde al trabajo. En cualquier caso, no le importaba en exceso la tardanza ni las llamadas de atención del gordo-calvo-maloliente-grasiento de su jefe. Iba a morirse en seguida, sólo era cuestión de tiempo. El bueno de Bob estaba ahorrando, no quería dejar huella, quería irse sin hacer ruido y todo el mundo sabe, no es algo que yo me invente ahora, que la muerte, como el amor y las cosas que requieren sacrificio y empeño, también tiene un precio.


5 comentarios:

Charal dijo...

-...la muerte, como el amor y las cosas que requieren sacrificio y empeño, también tiene un precio. - O.O La frase...
La pregunta: Y el precio quién lo pone?
La reflexión: Qué nada es gratis en esta vida!

Maria dijo...

Lo bueno si breve...
Como siempre, muy buen texto.

Tara dijo...

a mi rey siempre le gustaron las ejecuciones en la puesta de sol

y los hombres con carácter

Dara dijo...

debería dar un paseo en globo aerostático. por probar, a ver qué pasa.


(tostadas
con filadelfia)

Miguel Ángel Maya dijo...

...Yo también conocí al bueno de Bob (todavía me debe dinero para no sé qué rocambolesca historia que se traía entre manos), pero no volví a verlo nunca más...
...Gracias por recordármelo...