¿Y dónde estaban los muertos, los vivos y todos los demás?
Marcelo Obrus encendió la última vela y se preguntó dónde quedaron las estrellas de la nieve, los ángeles caídos y las tascas del infierno. Se había corrido, se había corrido y se había ido tan rápido como había podido.
Incluso la puerta se quedó a medio abrir imitando ese estúpido ruido de violín desafinado.
Se había quitado las manoplas y lo había hecho lo mejor que había podido. No era la primera vez, pero sí se trataba de la primera vez que importaba. Y dentro del coche podía sentir el vaho de sus labios y de los de su compañero, y pudo sentir la inmensidad de las cosas, de las que había vivido y de las que no.
En la radio sonaba alguna canción ochentera, pero se siente incapaz de recordarla. Se quitó las manoplas y ahí empezó todo.
¿De qué tienes miedo?
De ti
Soy inofensivo
Nada lo es
Yo sí
Entonces sal de mi coche y no vuelvas nunca.
8 comentarios:
Pues a mi me suena "Take this waltz". Por inofensivamente violento ;)
Me viene a la cabeza una imagen en blanco y negro de un seiscientos con una puerta entreabierta y los cristales entelados. Evidentemente sonando Cohen ;)
Besos musicales
Aaah, me recordó tanto a la escena de "Mi vida sin mí". En donde están ambos en el auto y ella le dice a él: si no me besas ahora, me pongo a gritar.
Así de inesperado.
¡Muá!
Hay veces que lo mejor es hiur, pero...¿dónde?
Besicos
Viendo esa escena me creo de que voy a coger el metro, o el autobús...
esas palabras fueron rápido en mi cabeza, no creía en la distancia adecuada, después de esto cambio de opinión. :)
mm, reafirmo mi anterior comentario..
Seguro que no salio...
Puffff.....
Me ha gustado. Cortante como el viento de este maldito mes de diciembre, pero una buena historia bien contada. Sigo.
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