Detesta las marquesinas de los autobuses, las rayas blancas de las autopistas que no terminan en ninguna parte, los fósforos cuando se niegan a arder, las guitarras rotas, los mimos serios, las piscinas heladas bajo el frío sol de invierno, las tostadas quemadas, las verdades a medias, los zapatos sucios de tanto correr, el último día, el día de hoy, los felices dieciséis, la moda pasajera, las medias de rejilla, los guantes con agujeros, la raya en el medio, los programas de televisión, las citas a ciegas, las citas con los ojos abiertos. Odia el futuro porque le recuerda a un pasado mejor, y eso le asusta porque no puede cogerlo entre sus manos. Lo que está fuera está demasiado lejos y quizá sea pronto para pensárselo dos veces. Coge el dinero y corre, pisa fuerte o pisa dos veces, no dejes huellas, la policía está cerca. El amor nos tendrá separados durante un tiempo, llamaré a tu puerta y esperaré mientras suenan las campanas de Kudamm.
Ian Curtis
1 comentario:
Un estruendo le hizo levantar la mirada, esperando todavía, a tiempo para ver 5.600 kg de campana precipitándose al vacío. A medida que la sombra lo engullía, le pareció vislumbrar un destello de ciudades quemadas por el fuego. Antes del impacto, tuvo la certeza de leer sobre salvación eterna y justicia duradera. Le pareció que sería bonito musicar la letra con "The idiot", pero no tuvo tiempo. El epitafio lo decidió su mujer, a la que nunca esperó tras la puerta: "El amor nos hará pedazos".
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