miércoles, 23 de junio de 2010

Óvulos y sueños

Porque está loca no puede donar óvulos, pero puede matar a un millón de personas en un abrir y cerrar de ojos. Los minusválidos tienen sólo el último vagón del metro reservado. A veces se abre la rampa, y otras no. Tiran de sus sillas y entran como lo hubieran hecho antes, pero ya sólo pueden hacerlo en el último vagón. Sólo tienen la oportunidad de la última puerta, es absurdo buscar otra salida. Todo el mundo dice que no hay pena peor que la de perder a un hijo, que cuando pierdes un hijo dejas de existir en cierta forma, pero yo no puedo saberlo. A mí me dan pena los perros flaquitos en el parque, esas cartas que algún día significaron algo, los geranios mordidos por el paso del tiempo, las arrugas adormecidas, el abuelo y su paso tranquilo y ausente, todo lo que fue y ya no es y forma parte de algo que no comprendemos. ¿Y dónde está ella?, ¿acaso me quiso alguna vez? ¿Acaso yo le tendí la mano cuando cubría? Tampoco hay forma de saberlo. Tomábamos cola cao fresquito en verano y nos sabíamos nuestros cuerpos de memoria.

No puede donar óvulos, pero tiene un millón de sueños clavados con chinchetas en el corcho de su habitación.

1 comentario:

Igor dijo...

Joder, muy bueno.
Hay dos frases de las que me enamorado: los geranios mordido y el paso del abuelo, ausente, que forma parte de algo que no existe y no comprendemos. Brutal.
El maldito paso del tiempo.
Saludos.