miércoles, 19 de agosto de 2009

El horror


Baila para mí, pequeña serpiente. A sus ojos, todo era horror y tuvo que hacer una hoguera de todo aquello y quemarlo. Desde lejos, aún podían verse el resto de las desgracias. Implantan un nuevo rostro, un rostro muerto a un rostro vivo. Dicen que no se parecerán, pero en el fondo seguirán siendo el mismo. Quizá si lleguemos pronto podemos sentarnos en el balcón y buscar estrellas fugaces, ya sabes que yo soy buena en eso. Fotografía niños, mujeres y hombres valientes, pero ya no queda nada, un montón de nada muy lejos de aquí. Pensó que las cosas no tenían mucho sentido, pensó que quizá no tenían ningún sentido y lo poco que le quedaba se lo jugó a la ruleta rusa.

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