Días extraños en esta absurda situación de jaula inesperada. La partida no ha salido como creíamos, esperábamos que los peones llegaran a la meta. Ya es tarde para lamentarse, es hora de mirar al cielo y rezar, quien pueda y quien no, debe buscar la verdad en sus manos, porque las manos reflejan lo que somos y lo que fuimos. Nadie puede tener la verdad absoluta sobre todo y quien crea que la tiene está equivocado. Hay quien prefiere vivir toda una vida equivocado a disfrutar de un segundo de lucidez. En realidad la estupidez y la ignorancia adormecen, te acunan entre sus brazos como si fueras un bebé, ajeno a toda realidad. Pero ya es hora de levantar las barricadas otra vez, no es momento de compadecerse de uno mismo y de los demás, las cartas estaban echadas desde el principio, era cuestión de suerte que te tocaran las peores. Contra el destino no se puede luchar, el destino es caprichoso y nosotros somos sus marionetas. Pero sí puedes sonreír cuando todo está oscuro y pensar que algún día podrás salir de esta cárcel sin rejas. Dame la mano y crezcamos juntos.
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