A mi abuelo, que ya nos dejó
El hambre
en la ranura de sus labios,
sus manos
de frío y lucha.
El campo
sus hijos,
su Alaja,
su vida,
campo labrado.
La mula torda,
yo ya te canto.
Abuelo querido,
abuelo amado
dame la mano.
Crecen piñones
en nuestro llanto.
1 comentario:
Por dios, que manera de hacerme escalofrío la mañana... Un abrazo.
Publicar un comentario