Detrás de este escaparate
me pregunto
dónde estabas cuando sonaban
las campanas de kudam.
Sí, ahora lo sé,
cosiste mis párpados
y los colgaste en tu pared.
Agitaste mi voz
en la estricta intimidad de nuestras bocas
y fui una fugitiva
entre
tus
brazos.
5 comentarios:
duro
que te hagan huir...
beso
hay brazos que son un vacío; hay hombres que son un vacío
Oye, he encontrado este blog mirando mirando cosas por Internet y me ha gustado. Te he abierto link en mi propio blog en la lista de enlaces. Saludos.
ains...siempre me asesinas anita.
beso.
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