Llenamos las calles,
de hambre
y gusanos en los ojos.
Gritos en el silencio.
Alguien se ahorcó con la corbata
de su padre
y la bolsa subió a máximos históricos.
El lloro de un niño que no ha nacido,
está en nuestras manos vacías
y llenas de arena de nuestros muertos.
No somos llorones,
somos tripas sangrientas
y un corazón lleno de moscas.
1 comentario:
la sonrisa pegada en la cara, como si nada, olvidada de puro hastío.
Un beso
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