Vomito porque quiero vivir, pero no lo suficiente para ser tan vieja que mis ojos no puedan ver, no lo suficiente para que estemos tan lejos que tenga que contratar un detective para encontrarte. Aún tengo unos céntimos en el bolsillo, los suficientes para llegar al otro lado de la orilla, donde me espera Johnny Cash en la prisión de Folsom, entre asesinos y ladrones de naranjas. Hoy me escondí en aquel lugar, donde solíamos jugar cuando aún éramos jóvenes y teníamos un camino que seguir, cuando había platos calientes sobre la mesa y no había series de televisión. Cuando me mirabas a los ojos y yo me ahorcaba con tu corbata azul marino.
martes, 8 de marzo de 2011
En un lugar seguro
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5 comentarios:
Muy evocador, y cargado de singificados ocultos, al menos para mí, con esas luces que dejas y algunas sombras, que no entiendo.
Saludos.
No nos vendría mal a todos un poquito de cárcel, para luego poder escapar en un coche viejo, en una larga carretera y con unos pocos peniques.
joder, te leo siempre, pero a veces no sé qué ponerte, me dejas con ganas de más...igual deberíamos hacer algo con tus textos, un corto o poemas, no sé...voy a pensarlo, igual te propongo algo
un beso!
a veces tendemos a escondernos en esos lugares donde sólo nosotros podemos encontrarnos...
me ha gustado mucho.
un corto?
hay que despelotarse?
hay que quemar algo?
me apunto!!jeje
besos!
un camino a seguir...
¿dónde está objetos perdidos?
un corto?
improvisamos en la calle?
espera, espera,
antes de nada,
me debéis los cuatro
tomarnos unas cañas! :)
besos
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