Culpa.
La culpa tiene garras afiladas y ojos amarillos. Si la miras de frente da tanto miedo que tienes que esconderte debajo de la cama y no salir durante días o nunca.
La culpa te arranca hasta el último sueño. La culpa te hace mujer, un despojo, una duda.
La culpa, tremendamente culpable, es mi peor enemiga, y mi amiga tan a menudo. La cargo a mis espaldas. Me siento como una silla con una señora gorda sentada encima. Me cuesta quitármela de encima, le grito, le hago cosquillas, le llamo puta. Pero no se va. Se ha acostumbrado a andar sobre mí y lo peor de todo es que se siente cómoda. Se regocija. A veces se va a dar un paseo, pero vuelve con más fuerza. La culpa se crece. La culpa es mi mejor parásito.
La culpa es mi amiga, pero no la soporto más. Puta culpa, siempre viviendo a costa de los demás. Odio la culpa, como odio los aparatos que no sirven para nada, la ropa tendida que se moja, las bolsas abandonadas que vuelan hacia ninguna parte, los vasos vacíos, las toallas húmedas, los crucifijos gastados de tanto pecado, la pedicura (¿quién inventó semejante estupidez?), el moreno de mentira, las mentiras, el olor a mandarina que no se va. La culpa. Fin
9 comentarios:
Deseos que algun dia dejes ir a tu amiga, de seguro ella no quiere estar con vos, no te demores...dajala ir.
Saludos
Muy cierto, y una explicación muy distinta y certera. La culpa que se lleva los sueños y te anula. No sé quién la inventó, pero propongo una condena ejemplar: cien años a galeras.
la culpa! que no afecta nada más a quien la lleva sino tambien a los que implicados estuvieron...
¿A quién has matado, Ana?
;)
Abrazo,
M.
hay un impresentable, el remordimiento, que en condiciones excepcionales puede hacer buenas migas con la señora culpa...
evítalo, por dios, no deje que se acerque a ella!
Hola, visitaste mi diario hace un tiempo y vengo a devolverte la visita, leyendote por aquí.
Volveré.
Un saludo Dillingeriano.
La condenada de ella es como un quiste ... no se va! Muacc
no hay mejor descripción a esa cosa que invade los lugares y el cuerpo.
Molesta invitada que siempre pasa sin nuestro permiso si, y lo peor de todo, tiene la valentía y la fuerza de los impertinentes :)
Me han encantado tus metáforas caídas del cielo...primeros pasitos por aquí...no serán los últimos :)
Un abrazo!!!
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