jueves, 17 de diciembre de 2009

Beso del 98

Miró hacia ambos lados. Las dos sabíamos que en realidad no quería que nadie pudiera verla conmigo. En la nochevieja del 98 había metido su lengua en mi boca y nada bueno había salido de allí. Desde entonces sólo 2 ó 3 cartas y mil y una despedidas huecas.

Me he operado, me he puesto una 110, ¿qué te parece?

Están bien, pero se caerán.

Siempre tan negativa. Quizá deberías hacer lo mismo, pareces una niña.

Antes te gustaban.

SILENCIO

SILENCIO

SILENCIO

Quizá he sido un poco atrevida (pienso)

RECULO

RECULO

RECULO

¿Qué tal tu madre?

Tiene cáncer. Pero está bien

SILENCIO

SILENCIO

Las palabras nos separan, quizá sea mejor no decir nada o hablar del tiempo como en los ascensores.

¿Y qué vas a hacer con él?- pregunta por fin

Prefiero el beige, aunque el rosa palo no está nada mal.

Y nos miramos a los ojos, metiéndonos dentro, muy dentro, escapando de aquí.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

sigue escribiendo, tienes puntería. Volveré..

Espérame en Siberia dijo...

¡Epa! Me encantó este texto, darling.
Enhorabuena.

DANI dijo...

La pasión no entiende de lugares ni colores ;))

Besos amables

Belén dijo...

Hay veces que es mejor no hablar, solo acompañar (si se dejan)

Besicos

Igor dijo...

Como en la distancia adecuada, muy visceral. Y otra buena historia, aunque también triste, sobre la incomunicación.
Caramba.

Amarilla dijo...

bonito... me gusta mucho.

el silencio es un buen aliado de estos momentos tan geniales!

I. Strada dijo...

En la distancia justa, entre el bien y el mal...
:)