Ayer te vi. Parecía que habías estado en mil batallas,pero que ninguna era la tuya. Tu aspecto de hombre triunfador al que no le importa nada, es más bien una máscara encima de un rostro cansado y marcado por los años y las hojas en blanco. Tu gabardina de otra época mejor en la que soñaste vivir y escribir tus mejores obras,en realidad es una mentira que te atrapa al pasado. Dices que odias las fiestas y el glamour,pero siempre acabas vomitando en los rincones de alguna de ellas. Te abrazas a la chica más guapa para confundir a los demás,pero en realidad estás roto como uno de esos jarrones de porcelana japonesa que ahora tanto te gustan. Yo escribo ahora estas líneas acompañada por falsas notas y un futuro incierto marcado por una cumbre que no existe y un país que es de mentira y que no tiene nada que ver con los sueños que nos contaron de pequeños.En el fondo en todas nosotras hay una cenicienta infinita y un príncipe que olvidó nuestro zapato en el ascensor. ¿Qué hay de verdad en todo esto?Quien te dice que no sea mentira todo lo que te rodea, incluso tú mismo.
Cortesía de Mireia
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