domingo, 18 de noviembre de 2007

Domingo

Los domingos son días tristes. Pero antes de ser días tristes, son días de sol, humo y puestos de pendientes y collares. Son días en los que tus manos son cálidas y me levantan para que no me caiga. Son días en los que te miro cuando estás distraído y me siento orgullosa de ti, de conocerte, de que estés a mi lado, de tu gesto de niño, de tus manos de escritor…Los domingos ya fueron días tristes alguna vez, días de llorera y meditación, de preguntas sin respuesta, de resaca y estudio, de incertidumbre y dolor infinito. Mis domingos de hoy, son días de añoranza, porque cuando se acaban, aún queda una semana para disfrutar otro domingo feliz. Los domingos son días tristes, y aún así sonrío.

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