¿Y qué pasó?
que llegó el dolor.
Conté un dos tres cuatro cinco seis
fijé un punto,
miré el atardecer
la negra pared
las sonrisas de los sanos
el niño que hace palmas
sonando flamenco
en un boliche uruguayo.
Una copa que cae,
otra que llega a la mesa,
el dolor no cesa
y ya voy por cien,
todo al revés
Dolor, Dolor,
qué salga ya el sol!
2 comentarios:
Terrible es seguir contando y no alcancen los números...
Y cuando viene el Dolor, así en mayúsculas, el que al menos a mí me vuelve pequeña y triste e inmóvil por ver si así duele menos aunque acabe doliendo más... es cierto, una cuenta y repasa técnicas estudiadas en sesiones y sesiones... pero no se va. O se va si quiere, pero no porque yo le haya echado sino porque ha elegido irse.
Te dejo algodón, para que al menos los golpes duelan menos.
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