Sus tijerras
entran en su vagina
como tigres enjaulados.
Abre el gas
y déjame dentro,
pero no olvides llevarte el cambio.
Disfruta de las noches rotas
de tu pálido corazón.
Tus ojos piden
volver a casa
pero se quedan dentro de mí
hasta que ardemos.
Fundes tus manos
entre mis huesos.
Duele
y te quiero.
Mis sábanas gotean tu nombre
los gases lacrimógenos se acercan
y tú te alejas entre la multitud.
Hay dos maneras de morir entre tus brazos,
pero sólo una es la correcta
3 comentarios:
Genial. Ese final...
Duele
y te quiero.
...
todas las sábanas siempre chorrean algún nombre.
el final,grande.
besos.
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