lunes, 17 de marzo de 2008

A los que aman

Sofia Loren me sonríe desde la pared. Tiene el pelo mojado, probablemente acaba de zambullirse en una playa paradisíaca. Laura me mira desde la foto del parque Ortega y Gasset. Hace poco que ha abortado, pero está feliz. En el resto de la pared, recuerdos de un pasado muy lejano ya, amistad sin nada a cambio, amores de mentirijilla, familia eterna y feliz. Ahora volamos a castillos imaginarios, nos dejamos llevar, a veces nos colapsamos y atascamos durante meses… sin saber muy bien por qué, ni qué hacer, cómo distinguir entre el bien y el mal, la verdad y la mentira. Siempre he pensado que hay quien sabe vivir, que se desliza y es bonito verlo, pero hay quien se agarrota, que no encuentra la manera, y salta desde lo más alto para olvidar. Envidio a los que aman sin un futuro y sin un pasado, a los que aman sin un por qué, sin reproches ni peticiones, a los que se dejan llevar. Envidio a los poetas que aún escriben cartas de amor.

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