Me pregunto qué tiene la ciudad donde fui feliz. Es su elegancia quizá, su blancura, su marea…tus manos, el no pensar en nada más.
Una ciudad con magia, una ciudad de cine, una ciudad de cuento de hadas. Sube la marea, pero ya bajará.
Un chico viene de haber viajado por todo el mundo, sin embargo, ahora quiere quedarse aquí. Ha encontrado la paz, la belleza infinita.
Me miras a los ojos y parece para siempre, al menos ese momento lo es, con el sol de fondo y el mar removiendo amores de otra época.
Ahora estamos lejos de nuestro pasado, y también de nuestro futuro, sólo nos importa la brisa, la lonja, los barcos pequeños que no tienen miedo de llegar tarde…
Y analizo cómo alguien pudo decir alguna vez que jamás visitaría la felicidad.
1 comentario:
perriiiiiii
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